jueves, 27 de enero de 2011

Cuento de Elena Mier

Erase una vez una niña llamada Elena. Un día fue a la playa, se puso el bañador, jugó en la arena y después se metió en el agua. En ese momento comenzó a recitar una poesia sobre una gotita de agua.

"Una gotita de agua estaba en medio del mar y aunque el viento la mecía se aburría y decía ¡basta ya de agua, basta ya de mar! quiero ver más cosas y lejos viajar. El sol que la oía sus rayos mandó y en nubecita la convirtió."

Elena se fue a merendar. Pasaron unas horas y regresó a su casa. Había sido el mejor día de su vida. Elena era feliz.

Cuento de Mario Mier

Erase una vez un niño llamado Mario que había tenido un sueño no hace mucho tiempo. Su sueño había sido ser un pirata. Entonces un día le preguntó a su abuelo.

- ¿Sabes algo sobre piratas?
- Claro que sí.

Entonces Mario se puso muy contento porque le iba a enseñar todo sobre piratas.

- Primero necesitas un barco.
- Pero... ¿cómo voy a conseguir un barco? Sólo soy un niño.
- No te preocues, conozco a alguien que podría ayudarte.
- ¡Genial!
- Sólo hay un problema.
- ¿Cuál?
- Él vive en Cadiz.
- ¿Cómo se llama?
- Lucas.
- Entonces no podemos cumplir mi sueño.
- Claro que sí. Podemos ir en coche.
- O en avión.

Entonces Mario y su abuelo se fueron en avión hasta Cadiz. Tardaron bastante pero con paciencia y espera llegaron a su destino.

Se reencontraron con Lucas y el abuelo le preguntó si podría ayudar a su nieto Mario.

- Claro que sí, os llevaré al puerto en mi furgoneta.

Una vez allí, frente al mejor barco que nunca había visto volvieron a preguntar a Lucas.

- ¿Nos prestas el barco para navegar un poco?
- Por supuesto. ¡Todos a bordo!

Una vez en el barco, Mario fue consciente de que su sueño se había hecho realidad.

lunes, 24 de enero de 2011

Cuento de Yanira Miguelez Martínez

Cuento de Laura Ruiz San Miguel

Hace tres días recibí una carta de la ONG “Felicidad Pronto” en la carta me invitaban a una fiesta que iban a celebrar Polar y Vega en una aldea del Sáhara. Allí irían niños y niñas de todo el mundo.

Rápidamente me arreglé, fui al aeropuerto y cogí un avión, que me llevó a la ciudad, allí nos estaban esperando autobuses para llevarnos a la aldea, todos llevábamos una comida típica de nuestro país.

Los niños y niñas de la aldea nos recibieron con globos de colores donde estaban escritos los “Derechos de los Niños y Niñas”. En la fiesta cantamos canciones y aprendimos bailes nuevos. Entre todos tiramos de las cuerdas de las piñatas, de ellas salieron chocolatinas, caramelos…y mensajes sobre los “Derechos de los Niños y Niñas”.

A mi casa me llevé un globo que tenía escrito: “Todos los niños tiene derecho a la diversión”, además en la piñata me tocaron chocolatinas de Comercio Justo y dentro de ellas había este mensaje: “Los niños tienen derecho a la protección durante los conflictos armados”.

Al día siguiente en el cole les enseñé a mis amigos, los regalos que había traído del Sahara. Mis compañeros preguntaron que era eso, yo les contesté que eran dos de los veintitrés Derechos de los Niños. La profe me dijo que además con este viaje había vivido otro de ellos: Los niños tienen derecho a conocer y disfrutar de otras culturas.

viernes, 21 de enero de 2011

Cuento de Lidia Gutiérrez

David es un niño de 6 años al que le gusta mucho el fútbol. Es un poco tímido y no le gusta que le riñan. También le gusta mucho el colegio.

Un día caminando para el colegio se encontró un balón, le gusto mucho pero por otra parte no, porque no era suyo, y ese día lo llevo al colegio. Al recreo se reunió con sus amigos para jugar un partido, después te lo divertido que fue, decidió dejarle en clase para compartirle con sus compañeros.

A la mañana siguiente su madre le llamo para ir al colegio, como cada mañana se levanto muy contento, pero este día se levanto más contento que un día normal.

Se vistió, desayuno, se lavo los dientes y se fue directo al colegio. Por el camino empezó a llover, David estaba triste por que sabía que no iba a salir al recreo a jugar un partido. A la hora del recreo se tubo que quedar en clase jugando a juegos de mesa.

Por la tarde salio el sol y quería ir al parque, pero se acordó que tenía el balón el clase, y se quedo con su hermana viendo una película.
A la mañana siguiente, como todos los días se fue al colegio pero con unas botas de fútbol nuevas.

Al oír el timbre fue el primero en salir de clase con el balón. En medio del partido se pincho el balón y esos días no pudo jugar los partidos.

Pasados unos meses, llego la hora de escribir la carta a los Reyes Magos, como os podéis imaginar una de las cosas que pidió fue un balón . Al ver sus padres lo interesado que estaba con el fútbol , le apuntaron a un club de fútbol.

Pero David al saber que tenia que hacerse un reconocimiento medico, le dio un poco de miedo. Pero llego el día y todo fue normal al igual llego el día de los Reyes Magos.

David fue ilusionado abrir sus regalos, sorprendido con el balón que
le habían traído, decidió bajar a estrenarlo, David fue un niño muy feliz dando patadas al balón.

Cuento de Cristina Villa

Erase una vez en un país muy pobre donde había habido un terremoto, se derrumbaron todas las casas de barro y habían fallecido muchas personas.

Vivía una niña que se llamaba Jalandra, que tenía 7 años y 2 hermanos Holmes y Hugo.
Esa niña no podía ir al colegio ni podía jugar con sus amigos porque tenía que trabajar ayudando a limpiar la ciudad. Pasaba mucha hambre y sed, sus vecinos y amigos estaban enfermos y ella les ayudaba dándoles mucho cariño.

Entonces un día descubrió excavando los restos de un dinosaurio enorme, y ese descubrimiento fue la salvación de su ciudad, pues todos los museos de otras ciudades le querían comprar. Un museo ayudo al pueblo con dinero, comida y ayudaron a construir de nuevo la ciudad.

Jalandra y sus hermanos pudieron empezar una nueva vida, disfrutando de sus derechos como niños.

lunes, 17 de enero de 2011

La socia Inés Barona nos envió...

SI TUVIERA UN MILLÓN DE AMIGOS Y LE PIDIERA A CADA UNO UNA MONEDA, PODRÍA SER MILLONARIO.

SI TUVIERA 500 MIL AMIGOS, LES PEDIRÍA TOMARNOS DE LAS MANOS PARA UNIR AL PAIS.

SI TUVIERA 200 MIL AMIGOS FUNDARÍA UNA CIUDAD DONDE TODO EL MUNDO SE SALUDARÍA CON UNA SONRISA.

SI TUVIERA 25 MIL AMIGOS LA EMPRESA DE TELÉFONO ME CORTARÍA LA LÍNEA CADA VEZ QUE CUMPLIERA AÑOS.

SI TUVIERA 6 MIL AMIGOS ME GUSTARÍA SER PADRINO DE 6 MIL NIÑOS.

SI TUVIERA MIL AMIGOS TENDRIA DOS MIL MANOS PARA MÍ SÓLO.

SI TUVIERA 365 AMIGOS PASARÍA CADA DÍA DEL AÑO CON UNO DE ELLOS.

SI TUVIERA 100 AMIGOS TENDRÍA 100 CONSEJOS.

SI TUVIERA 4 AMIGOS TENDRIA ASEGURADOS LAS 4 MANOS QUE CARGARÍAN MI ATAÚD.

SI TUVIERA 2 AMIGOS SERÍA 2 VECES MÁS FELIZ.

PERO SI TUVIERA UN SÓLO AMIGO (Y LO TENGO)
NO NECESITARÍA TENER MÁS.


HAY QUIENES QUIEREN TENER UN MILLON DE AMIGOS,CUANDO TÚ SÓLO VALES MILLONES. POR ESO TE QUIERO Y TE CUIDO.

jueves, 13 de enero de 2011

Cuento de David Cabrera Martínez

Habia un niño muy bueno que no iba a la escuela porque era pobre, este niño se llamaba Mohamed. Todos los niños se reían de él porque no sabía leer, ni escribir, ni multiplicar, pero, un día vinieron unos señores que ayudaban a los niños pobres,se llamaban El club estrellitas y le enseñaron a leer y a escribir incluso les dieron juguetes, muchos juguetes. Antes de que se fueran, Mohamed les dio una nota y ponia: "Gracias por enseñarme, ya no se reirán de mí".

miércoles, 12 de enero de 2011

Cuento de Miriam Rodríguez

Un dia un niño leyó en el periodico que algunos niños de Africa no tenian casi de nada, entre otras cosas no tenian juguetes, así que lo habló con sus amigos y decidieron hacer un viaje a Africa con juguete para llevarles a los niños. Durante muchos dias estuvieron pidiendo juguetes que ya no les servian a sus amigos. Consiguieron hacer muchos paquetes. Pusieron el dinero de sus pagas y pudieron comprar los billetes de avion para Africa.

El dia acordado todos subieron al avión y algunos estaban llorando, otros chillando, otros mirando el paisaje.... Habia mucho lio en el avión... Cuando nos acercabamos ya a Africa, cuando se oyó unas turbulencias, el piloto del avión intento arreglarlo pero no habia manera, entonces bajamos planeando a una selva. Sin querer el avión derrapó y por abajo se calleron maletas, juguetes,.... de todo.

Las puertas del avión estaban cerradas y de repente un niño dijo: ¡mira nos vienen a ayudar!. Los niños del pais de África donde habia aterrizado forzosamente el avión vinieron a ayudarnos y nos preguntaron ¿que tal estabamos?. Nos llevaron a sus cabañas y nos hicieron una fiesta de bienvenida.

Llegó el dia de irnos y todos estabamos muy tristes. Cuando llegamos a casa enviamos por correo algunos juguetes que teniamos nosotros guardados para agredecer todo su amabilidad con nosotros y aprendimos que todos podemos ayudar los demás.

Cuento de Inés Barona



lunes, 10 de enero de 2011

Cuento de Candela Barona Chomon



Cuento de Pablo Toraya Martínez

Érase una vez un niño muy trabajador, cuando algo se caía él muy responsable se ofrecía para limpiarlo; ellos le decían que sí pero a veces le decían que no, y como era muy responsable les decía que vale, ellos se ponían muy contentos. Y esta historia que os voy a contar, va sobre cómo el niño se hizo así.

Un día el niño, que se llamaba Diego, estaba en el parque echando pan a las palomas cuando apareció su madre y le dijo: las palomas te quieren y Diego le contestó: no, las palomas sólo me quieren porque les hecho pan. Su madre le dijo: eso creía yo a tu edad pero un día no les traje pan y se quedaron igualmente. Entonces Diego, mientras volvían a casa, se quedó pensando en lo que le había dicho su madre, ¿y si su madre tenía razón?. La verdad, no sólo se podía creer que las palomas le querían sólo porque les echaras pan, y entonces Diego, un niño tan malo que ni os lo podéis imaginar, siempre después de aquel día en que su madre le abrió los ojos, cuando se iba a enfadar pensaba en aquel esplendido día y entonces decía: no me pienso enfadar. Desde entonces todos viven muy felices con él.

viernes, 7 de enero de 2011

Cuento de David Luena

Hace un año llegó a santander un niño de Etiopía y ahora es uno de mis mejores amigos.

Cuando llegó mi amigo, me dio mucha pena porque él nos contó que no tenian agua en casa, que tenia que ir a buscarla muy lejos con dos calderos y sólo tenía 5 años.

También le vimos los pies, lo dedos no tienen uñas, pues no tenía zapatos y tampoco un pediatra que se los curara.

Ahora él esta muy contento aquí, pues ya tiene todo los que los niños de Santander tenemos: Va al colegio ahora y tiene muchos amigos, tiene zapatos, médico y lo mejor de todo es verle comer, le gusta todo todo, hasta las verduras y tarda muy poco en comer siempre nos gana a todos.

Ahora mi amigo es feliz, y le gustaría que todos los niños de Etiopía pudieran estar como él.

Cuento de Omar Pérez

Erase una vez un niño llamado Haisam, era un niño saharaui.

Cuando él era pequeño iba al mar, veía muchos peces y su familia criaba cabras y camellos, pero vinieron los marroquíes a invadirlos y les quitaron todas sus tierras.

Ahora tenían todas sus comidas llenas de moho y una saharaui hizo huelga de hambre para ir a su tierra.

Después vino la guerra, los saharauis tenían muy pocas posibilidades pero los españoles les ayudaron y juntos pudieron derrotar a los marroquíes.

El protagonista de este cuento, Haisam pudo volver a pescar en su tierra amada, el Sahara y criar sus cabras y camellos en paz, como siempre había hecho su familia...

Cuento de Alba Sánchez

Esta historia trata de un niño llamado Verdulio. Este niño estaba exclavizado en África y no iba a la escuela, estaba muy delgado porque casi no comía, además de todas las horas del día que se pasaba trabajando.

Verdulio tenía los ojos verdes y el pelo castaño y su piel era negra. Pero él no era el único al que trataban con injusticia, pues otros muchos niños y niñas estaban en su misma situación.

Un día Verdulio decidió decir a sus compañeros que no podían pasarse toda su vida allí y que lo más normal es que fueran a la escuela, aprender y poder saber cosas para luego tener otro futuro mejor.

Pero la persona que abusaba, haciéndoles trabajar, se enteró de sus conversaciones y de que se querían ir de allí, y les dijo amenazándoles: "¡vosotros no os vais de aquí, estáis para servirme a mí!"

Todos los niños y niñas se pusieron muy tristes y estaban tan indignados que decidieron hacerle una trampa.

A la mañana siguiente cuando su maltratador fue a entrar en el lugar donde dormían, le habían puesto algo en el suelo con lo que tropezó y cayó de morros contra el suelo y una red le cayó encima. Entre todos le ataron con una cuerda a la pata de la cama...

Y los niños consiguieron volver con sus familias y felizmente poder ir a la escuela.

Verdulio fue como un héroe para todos, pues les había dicho la Verdad y les ayudó a todos.

lunes, 3 de enero de 2011

Cuento de Irene Ruiz San Miguel. GANADORA

Esta historia empieza un viernes 17 de noviembre con Pablo, un niño de apenas 12 años. Nuestro protagonista se dirigió a clase donde se sentó junto a Borja, el mejor amigo de éste. Su profesora entró enseguida a la clase y después de corregir los deberes dijo a sus alumnos:

- ¿Alguno sabe que pasa este lunes?

- Yo, seño – dijo María – Es el Día Universal del Niño.

- Muy bien María. Y… ¿Alguien me podría decir algún derecho de los niños?

Casi nadie levantó la mano, por lo que la profesora mandó un trabajo sobre los derechos principales de los niños. A Borja y a Pablo les parecido un fastidio, aunque en el fondo no lo era. Decidieron hacerlo los dos juntos y después de clase por la tarde se fueron a casa de Pablo.

Cuando llegaron, se encontraron a los padres de Pablo preparando la cena. Por lo visto, ya no hacía falta avisar a los padres de Borja. Se fueron al cuarto de Pablo y al poco rato llamaron a la madre de Pablo para que les ayudase.

Después de casi dos horas trabajando consiguieron el trabajo perfecto para el lunes.

Ese día fueron lo primeros en sentarse en clase pues estaban ansiosos por enseñar su trabajo a sus compañeros. Cuando llegó el momento demostraron perfectamente lo bien que sabían y conocían los derechos de los niños:

“Haciendo este trabajo hemos aprendido muchas cosas por ejemplo: que cuando nuestros padres o profesores nos regañan no es más que para EDUCARNOS, cuando nos castigan por contestar mal es solamente para enseñarnos a SER EDUCADOS, es igual que cuando nos obligan a hacer los deberes y atender y estudiar en el colegio, nos están enseñando a SER OBEDIENTES Y RESPONSABLES y ofreciéndonos la oportunidad de IR A LA ESCUELA. Pasa lo mismo cuando vamos al médico y nos vacunan, lo hacen solo por nuestra salud y respetando el DERECHO A LA SANIDAD. Cuando nos ponen verduras frutas y pescado, lo hacen para cuidar nuestra SALUD Y nuestra ALIMENTACIÓN.

También es un derecho del que nunca nos quejamos cuando nuestros padres nos llevan al parque y juegan con nosotros o nos apuntan a actividades que nos gustan para darnos también ese derecho a la DIVERSIÓN.

Todo esto son alguno de los derechos de los que disfrutamos, y de los que la mayoría, por lo menos hasta hace poco ni siquiera teníamos la menor idea.”

A Pablo y Borja les sirvió de mucha ayuda este trabajo, con el que aprendieron sus principales derechos.

Otro derecho muy importante y principal es poder gozar de estos derechos y muchos otros sin importar del país que fuesen o la religión en la que creyesen.

Como por ejemplo Pablo y su amigo; los padres de Borja son musulmanes y practican el Islam, y Pablo nació en Camerún y se vino a España a los 3 años, lo cual no les impide hacer amigos o jugar como los demás.

Cuento de Pablo Saiz González

El otro día después de conseguir la colección de cromos de la liga, tenía ganas de hacer otra más del Código Lioko. Mi madre me dijo:-Pablo ahora no, pero a mi me daba igual yo quería seguir comprando cromos, así que el martes cuando vino mi abuela a buscarme al colegio la pedí un sobre de cromos.

Al abrirle me di cuenta que era exactamente la misma que ya tenía, cambiaba alguna cosa pero los cromos eran los mismos que los de la colección anterior.

Cuando mi madre vino a buscarme se dio cuenta enseguida y se enfado mucho conmigo y me dijo que me iba a demostrar que con lo que yo y mi abuela habiamos gastado a lo tonto, un niño que no tiene nada, puede comer.

Yo no me lo creía porque solo vale 60 céntimos.

Cuando salimos del colegio me llevo a por una barra de pan, la cual partimos por la mitad ,fuimos a comprar una loncha de jamón york e hizo un bocadillo,demostrandome que un niño de esos que yo no conozco pero que si ella me dice que hay yo la creo, puede un día comer, me sentí mal y creo que mi abuela y yo lo hicimos muy mal porque todos los niños del mundo deberían de tener todos los días comida.

¡¡Los socios/as nos felicitan la Navidad!!

"Os deseo una Feliz Navidad y que no os atragantéis con las uvas"

INES BARONA

"Felices Fiestas"

ÁLVARO, CRISTINA, PABLO Y VALENTÍN QUIJANO VITIENES

"Feliz 2011" (Con power point incluido)

JESÚS CHOYA

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