Erase una vez una niña llamada Elena. Un día fue a la playa, se puso el bañador, jugó en la arena y después se metió en el agua. En ese momento comenzó a recitar una poesia sobre una gotita de agua.
"Una gotita de agua estaba en medio del mar y aunque el viento la mecía se aburría y decía ¡basta ya de agua, basta ya de mar! quiero ver más cosas y lejos viajar. El sol que la oía sus rayos mandó y en nubecita la convirtió."
Elena se fue a merendar. Pasaron unas horas y regresó a su casa. Había sido el mejor día de su vida. Elena era feliz.
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