Erase una vez un niño llamado Mario que había tenido un sueño no hace mucho tiempo. Su sueño había sido ser un pirata. Entonces un día le preguntó a su abuelo.
- ¿Sabes algo sobre piratas?
- Claro que sí.
Entonces Mario se puso muy contento porque le iba a enseñar todo sobre piratas.
- Primero necesitas un barco.
- Pero... ¿cómo voy a conseguir un barco? Sólo soy un niño.
- No te preocues, conozco a alguien que podría ayudarte.
- ¡Genial!
- Sólo hay un problema.
- ¿Cuál?
- Él vive en Cadiz.
- ¿Cómo se llama?
- Lucas.
- Entonces no podemos cumplir mi sueño.
- Claro que sí. Podemos ir en coche.
- O en avión.
Entonces Mario y su abuelo se fueron en avión hasta Cadiz. Tardaron bastante pero con paciencia y espera llegaron a su destino.
Se reencontraron con Lucas y el abuelo le preguntó si podría ayudar a su nieto Mario.
- Claro que sí, os llevaré al puerto en mi furgoneta.
Una vez allí, frente al mejor barco que nunca había visto volvieron a preguntar a Lucas.
- ¿Nos prestas el barco para navegar un poco?
- Por supuesto. ¡Todos a bordo!
Una vez en el barco, Mario fue consciente de que su sueño se había hecho realidad.
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