lunes, 3 de enero de 2011

Cuento de Irene Ruiz San Miguel. GANADORA

Esta historia empieza un viernes 17 de noviembre con Pablo, un niño de apenas 12 años. Nuestro protagonista se dirigió a clase donde se sentó junto a Borja, el mejor amigo de éste. Su profesora entró enseguida a la clase y después de corregir los deberes dijo a sus alumnos:

- ¿Alguno sabe que pasa este lunes?

- Yo, seño – dijo María – Es el Día Universal del Niño.

- Muy bien María. Y… ¿Alguien me podría decir algún derecho de los niños?

Casi nadie levantó la mano, por lo que la profesora mandó un trabajo sobre los derechos principales de los niños. A Borja y a Pablo les parecido un fastidio, aunque en el fondo no lo era. Decidieron hacerlo los dos juntos y después de clase por la tarde se fueron a casa de Pablo.

Cuando llegaron, se encontraron a los padres de Pablo preparando la cena. Por lo visto, ya no hacía falta avisar a los padres de Borja. Se fueron al cuarto de Pablo y al poco rato llamaron a la madre de Pablo para que les ayudase.

Después de casi dos horas trabajando consiguieron el trabajo perfecto para el lunes.

Ese día fueron lo primeros en sentarse en clase pues estaban ansiosos por enseñar su trabajo a sus compañeros. Cuando llegó el momento demostraron perfectamente lo bien que sabían y conocían los derechos de los niños:

“Haciendo este trabajo hemos aprendido muchas cosas por ejemplo: que cuando nuestros padres o profesores nos regañan no es más que para EDUCARNOS, cuando nos castigan por contestar mal es solamente para enseñarnos a SER EDUCADOS, es igual que cuando nos obligan a hacer los deberes y atender y estudiar en el colegio, nos están enseñando a SER OBEDIENTES Y RESPONSABLES y ofreciéndonos la oportunidad de IR A LA ESCUELA. Pasa lo mismo cuando vamos al médico y nos vacunan, lo hacen solo por nuestra salud y respetando el DERECHO A LA SANIDAD. Cuando nos ponen verduras frutas y pescado, lo hacen para cuidar nuestra SALUD Y nuestra ALIMENTACIÓN.

También es un derecho del que nunca nos quejamos cuando nuestros padres nos llevan al parque y juegan con nosotros o nos apuntan a actividades que nos gustan para darnos también ese derecho a la DIVERSIÓN.

Todo esto son alguno de los derechos de los que disfrutamos, y de los que la mayoría, por lo menos hasta hace poco ni siquiera teníamos la menor idea.”

A Pablo y Borja les sirvió de mucha ayuda este trabajo, con el que aprendieron sus principales derechos.

Otro derecho muy importante y principal es poder gozar de estos derechos y muchos otros sin importar del país que fuesen o la religión en la que creyesen.

Como por ejemplo Pablo y su amigo; los padres de Borja son musulmanes y practican el Islam, y Pablo nació en Camerún y se vino a España a los 3 años, lo cual no les impide hacer amigos o jugar como los demás.

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